lunes, 23 de junio de 2014

EL VUELO DELOS CONDORES



EL VUELO DE LOS CÓNDORES

Aquel día demore en la calle y no sabía que decir al volver a casa. a las cuatro Salí de la escuela ,deteniéndome el muelle, donde un grupo de curiosos rodeaban a unas cuantas personas metido entre ellos supe  que había desembarcado un circo .
-Ese es el barrista -decían unos, señalando a un hombre de mediana estatura, cara angulosa y grave, que discutía con los empleados de la aduana
-aquel es el domador.
Y señalaban a un sujeto hosco, de cónica patilla, con gorrita, polainas, fuete y cierto desenfado en el andar. Le acompañaba una bella mujer con flotante velo lila en el sombrero, llevaba un perrillo atado a una cadena y una cadena y una maleta
-este es el payaso – dijo alguien.
El buen hombre volvió la cara vivamente
-¡que serio ¡
-así son en la calle
Era este  un joven alto de movible ojos. Respingada nariz y agiles manos. Pasaron luego algunos artistas más, y cogida de la mano  es un hombre viejo  y muy grave, una niñita blanca, muy blanca, sonriente, de rubios cabellos, lindo y morenos ojos. Pasaron todos. Seguí entre la multitud aquel desfile y lis acompañe hasta que tomaron el cochecito, partiendo  entre la curiosidad  bullangera de la gente
Yo estaba dichoso por haberlos visto, al día siguiente contaría en la escuela, quienes eran, como eran y que decían .pero encaminándome  a casa  me di cuenta de que ya estaba  oscureciendo. Era muy tarde . ya habrían comido  que decir sácame de mis cavilaciones  una mano posándose en mi hombro
-¡como ¡ donde ha estado
Era mi hermano  Anfiloquio . Yo ni sabía que responder.
-salimos tarde del colegio
No puede ser porque Alfredito llego a su casa a las cuatro y cuarto
Me perdí. Alfredito era hijo  de don enrique, el vecino, le había preguntado por mí  y había  respondido que salimos juntos de la escuela. No había más. Llegamos  a casa .todos estaban serios. Mis hermanos  ni se atrevían a decir palabra. Felizmente, mi padre no estaba y cuando fui a dar el beso a mama, esta, sin darle la importancia de otros, me dijo fríamente
-         Como jovencito estas son horas de venir
Él ni respondió nada y se fue a su cuarto
Oí un manso ruido levante los ojos. Era mi hermana. Se acercó tímidamente
-         Pero oye donde fuiste
-         Me acordé del circo  y entusiasmado le conté todo lo que vi
Quería seguirle contándole cuando apareció la criada
Y dijo ¡niñita a acostarse ¡
Mo hermanita se fue y me quede solo
Luego entro mi mama y me dijo haz hecho muy mal, no le diré a tu papa para que no se molestase con migo  y me dio un beso en la frente y me dejo acostado y se fue